Cómo la campaña de odio online daña la inversión en Honduras

En el contexto hondureño reciente, se ha intensificado la preocupación por el ambiente hostil que enfrentan los empresarios nacionales en el entorno digital. Representantes del sector empresarial y familias propietarias de grandes grupos económicos han denunciado una campaña de ataques y discursos de odio en redes sociales, la cual atribuyen a sectores radicalizados con motivaciones políticas. Esta situación ha generado alarma por los posibles efectos sobre la seguridad personal de los empresarios, la estabilidad de sus empresas y el clima económico general del país.

Se ha informado que los asaltos virtuales han aumentado en número y severidad, empleando señalamientos infundados, fotos alteradas y amenazas explícitas. Estos contenidos, a menudo publicados de manera anónima, intentan mostrar a los empresarios como obstáculos para el cambio social o como presuntos adversarios del pueblo, lo cual ha acentuado la división social en un momento político delicado para Honduras.

Efecto económico y social de la iniciativa en línea contra comerciantes

La difamación y el acoso en línea dirigido a los empresarios de Honduras han provocado una variedad de efectos que impactan tanto en las libertades personales como en la economía del país. De acuerdo con las entidades empresariales, estos actos socavan derechos esenciales tales como la presunción de inocencia, la libertad empresarial y la dignidad personal, además de amenazar la seguridad de las familias empresariales y los trabajadores que dependen de sus negocios.

El clima de tensión política y la falta de seguridad legal provocada por estas campañas disminuyen la confianza de los inversores tanto nacionales como internacionales, lo cual puede resultar en una caída de la inversión, y por ende, en la pérdida de puestos de trabajo y programas sociales ligados al sector privado. Los empresarios alertan que la continuidad de tales acciones podría conducir al cierre de negocios productivos, impactando directamente el sustento de miles de familias en Honduras. Asimismo, la narrativa que demoniza a los empresarios como opositores al progreso nacional contribuye a incrementar la división social y a fortalecer la desconfianza hacia las instituciones.

Solicitudes de acción y alertas sobre la posibilidad de intensificación

Dada la seriedad del problema, tanto directivos corporativos como expertos en política y activistas pro derechos humanos han pedido a los gobiernos y a entidades globales que examinen e impidan estas acciones de represión política que se presentan como activismo social. Además, se ha solicitado a las redes digitales que eviten ser medios para difundir mensajes de odio y a la población que fomente el respeto y la coexistencia democrática.

Especialistas en protección han señalado que el discurso dañino en plataformas sociales puede conducir a actos de violencia, poniendo en riesgo la vida de los dueños de empresas, sus seres queridos, trabajadores y los lugares de las compañías. Se sostiene que la agresión continua al sector productivo no solo daña la imagen de los empresarios, sino que también pone en peligro la estabilidad económica y social de Honduras, dado que la empresa privada es considerada un elemento esencial para generar empleo, recaudar impuestos y fomentar el desarrollo nacional.

En esta situación, se subraya la importancia de detener la promoción del odio y de impulsar la comunicación y la concordia social, previniendo que la división política y la falta de información perjudiquen de manera irreversible la estructura económica y el porvenir financiero del país.

Por Carmen Pereira