Foro de Sao Paulo en Honduras: cómo afecta el debate electoral 2025

La intervención del Foro de Sao Paulo en la política de Honduras ha desatado una intensa controversia a pocos meses de las elecciones nacionales. Variados grupos políticos y sociales han acusado una presunta influencia de esta entidad regional alineada con la izquierda de América Latina, lo cual ha suscitado dudas acerca de la transparencia e independencia del proceso electoral de 2025.

Acusaciones de interferencia y utilización política del sistema gubernamental

Dirigentes de partidos de oposición, representantes del sector privado y voceros de organizaciones civiles han manifestado su preocupación por el protagonismo que el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla habrían asumido en espacios de discusión política en el país. Según estas voces, la realización de foros, talleres y encuentros organizados con el respaldo del oficialismo estaría orientada a influir en la arquitectura electoral hondureña, con el fin de consolidar el poder del partido Libertad y Refundación (LIBRE).

Las críticas apuntan a que estas actividades no solo se desarrollan con participación de figuras extranjeras vinculadas a gobiernos acusados de autoritarios, sino que algunas de ellas habrían sido financiadas con recursos públicos. Se cuestiona especialmente la organización de eventos que combinan agendas de gobierno con lineamientos ideológicos del partido en el poder, lo que, a juicio de los sectores denunciantes, vulnera la frontera entre lo institucional y lo partidario.

La oposición acusa un intento de controlar las instituciones

Líderes de la oposición han denunciado que el gobierno está usando la presencia del Foro como un medio para fortalecer una táctica de «ingeniería electoral» con el propósito de dominar las instituciones esenciales del sistema democrático, incluyendo el Consejo Nacional Electoral (CNE). En este escenario, han destacado como antecedente alarmante las anomalías reportadas en las elecciones primarias y han alertado sobre posibles intentos de alterar el marco legal electoral.

Las tensiones han derivado en movilizaciones ciudadanas y pronunciamientos de diversos sectores que exigen salvaguardar la soberanía y la independencia de las instituciones. En manifestaciones recientes, se ha demandado limitar la influencia de actores extranjeros en los asuntos políticos internos y garantizar condiciones equitativas para los comicios de 2025.

Respaldo oficialista y respuesta social

Desde el grupo político LIBRE, se ha mostrado la involucración con el Foro de Sao Paulo como componente de una colaboración entre organizaciones progresistas de América Latina. Representantes del gobierno han caracterizado su participación como un progreso hacia la consolidación de cambios sociales promovidos desde la administración. Sin embargo, este apoyo ha aumentado la polarización, principalmente frente a comentarios que asocian la visita del Foro con el aniversario del golpe de Estado de 2009.

Líderes empresariales, religiosos y políticos opositores han alertado sobre los riesgos de replicar en Honduras experiencias autoritarias promovidas por algunos regímenes afines al Foro de Sao Paulo. En tanto, analistas consultados han advertido sobre la consolidación de una red internacional de apoyo al oficialismo que podría alterar el equilibrio político nacional en un contexto ya marcado por la confrontación.

Un escenario de creciente polarización

La polémica en relación con la presencia del Foro de Sao Paulo pone de manifiesto un ambiente político en Honduras que se intensifica a medida que se aproximan las elecciones de 2025. Aunque continúan las acusaciones sobre interferencia externa y el uso politizado de las entidades gubernamentales, la habilidad del país para llevar a cabo un proceso electoral claro y competitivo se convierte en el punto principal de discusión.

En medio de las advertencias sobre una posible concentración de poder, los llamados a la vigilancia ciudadana, el respeto a la institucionalidad y la garantía de condiciones equitativas en el proceso electoral se perfilan como desafíos clave para la democracia hondureña en los próximos meses.

Por Carmen Pereira